Editorial 223
Ninguno
ve lo que tú sabes, pero todos pueden ver lo que tú haces
en.red.ando
se
ha definido desde su fundación en 1996 como un medio de comunicación
dedicado a reflexionar sobre los cambios producidos por Internet.
Durante gran parte de estos años, esta tarea la hemos compartido con
un nutrido número de colaboradores que nos han enviado sus análisis
desde sus respectivos lugares en el ciberespacio. Entre todos hemos
ido conformando un medio de comunicación con la vocación de
acompañar la propia evolución de la Red y de sus habitantes. Al
mismo tiempo, a partir de nuestras propias experiencias y de los
análisis propios y ajenos, así como de las demandas que de una u
otra forma nos han planteado nuestros lectores, hemos propuesto
formas de organizar los flujos de comunicación digital para crear
espacios de trabajo colectivo, donde la inteligencia distribuida en
red tuviera un significado y brindara resultados concretos. Hoy somos
un medio que reflexionamos, generamos conocimiento y desarrollamos
sistemas para que las organizaciones --del tipo que sean-- funcionen
de acuerdo a los criterios y necesidades específicas de la Sociedad
de la Información.
De
medio de comunicación en red, nos hemos convertido en un medio de
producción y gestión de conocimiento en red, un resultado
ineludible de la aproximación a la comunicación digital desde la
participación de los individuos y las organizaciones, la relación
entre ellos y el crecimiento de los sistemas de información
elaborados a partir de sus aportaciones. Esta evolución refleja los
propios cambios experimentados en la empresa. El desarrollo de
sistemas de generación de contenidos y gestión de conocimiento en
red como en.medi@
nos ha supuesto adaptaciones internas considerables. La mera labor
periodística ya no era suficiente para dar cuenta a través de
análisis y reflexiones, por más consistentes que fueran, de la
envergadura de las transformaciones propiciadas por Internet. La
gestión de espacios de casi un millar de personas, con aportaciones
de una gran variedad, tanto por su riqueza como por su calidad, nos
ha ido convirtiendo paulatinamente en gestores de este conocimiento.
A
medida que la Red incrementaba sus conexiones y permitía un mayor
alcance a la inteligencia distribuida, con todas las ventajas e
inconvenientes del caso en redes abiertas, nosotros hemos ido creando
contextos específicos donde esa inteligencia compartida tuviera un
significado concreto para los usuarios. Así hemos aprendido a elevar
la calidad de las aportaciones, a apuntalarlas con documentación
cada vez más densa en su riqueza y diversidad y a aprovechar las
enormes oportunidades que ofrece la Red para compartir conocimientos,
experiencias y objetivos. Estos son, a nuestro entender, los
cimientos básicos que permiten a los individuos y las organizaciones
funcionar como entidades informacionales particularmente adaptadas a
las necesidades de la Sociedad de la Información. Y estos son,
también, los mimbres imprescindibles para producir los bienes
básicos de la denominada nueva economía: información y
conocimiento en red.
Ahora
nos encontramos en una fase particularmente rica y fecunda. Junto con
los gestores del conocimiento (muchos procedentes del mundo de la
comunicación y todavía en una fase de aprendizaje acelerado) y los
consultores que preparan a las empresas que van a incorporar en.medi@
como un sistema de gestión de conocimiento en red, estamos creando
nuevos productos de información y conocimiento a partir de la
participación y la relación establecida entre los usuarios de estos
espacios. Es lo que denominamos la fase de crecimiento de los
sistemas de información.
Por
ejemplo, en estos días hemos comenzado a publicar en la nueva
sección "Tema
a tema"
los resultados de un año y medio de trabajo en el en.medi@
que tenemos en la revista en.red.ando,
el cual está dedicado a debatir "Los Nuevos Medios en la
Sociedad de la Información". En total, hemos recuperado más de
una treintena de temas, cada uno de ellos con la suficiente entidad
como para convertirse en un libro. Un libro único, pues está
escrito a muchas manos y sintetiza experiencias, vivencias y
conocimientos difíciles de encontrar en un sólo autor. Además, los
temas no están delimitados tan sólo por el propio contenido del
debate sostenido en en.medi@,
sino también por los recursos aportados, los documentos, las
investigaciones, los resultados de congresos y eventos, las críticas
de libros relacionados, etc. De una forma específica de hacer
periodismo en la Red con el fin de examinar el impacto de Internet y
la comunicación digital en la vida cotidiana, hemos pasado a
satisfacer necesidades concretas de grupos y organizaciones reunidos
en contextos de colaboración e intercambio en red. Esto es parte del
salto que mencionaba de medio de comunicación a medio de producción
de conocimiento en red.
Esta
nos parece la evolución natural de una forma de entender la
comunicación en el mundo de las redes, lo cual no quita que sea un
proceso difícil y complicado. Si Internet permite personalizar
nuestra demanda, ésta debe generar una oferta también específica
de conocimiento. Para ello se necesita diseñar un contexto virtual
que permita la participación para explicitar dicha demanda, para
facilitar el intercambio entre los usuarios dispuestos a satisfacerla
y para propiciar el crecimiento de la información y el conocimiento
generado por ese intercambio. Y estas son tareas nuevas que, por otra
parte, no hay forma de automatizarlas. Estamos hablando de
conocimiento en red, y éste sólo se puede gestionar "neurona a
neurona", es decir, mediante la intermediación directa de
equipos altamente especializados para funcionar en estos contextos.
Equipos que nosotros denominamos los "nodos inteligentes de la
red". Lo contrario --la automatización o el encadenamiento de
rutinas para "gestionar conocimiento"-- no sobrepasa el
reino de la mera gestión documental.
El
otro aspecto de este cambio es el que cada vez se ve más reflejado
en el contenido de la propia revista. El trabajo en red en espacios
como en.medi@,
de hecho el mero trabajo preparatorio para adaptar estos espacios a
las organizaciones con las que estamos en relación, nos supone una
experiencia riquísima que debemos de ser capaces de convertir en
materiales de reflexión y conocimiento para transmitirla a nuestros
lectores. Nuestros consultores están en una posición privilegiada
para analizar las dificultades y las oportunidades de organizaciones
dispuestas a adoptar metodologías informacionales, ya sea para la
toma de decisiones, para incorporar el conocimiento de sus
trabajadores a sus estrategias en la Red o para definir éstas a
partir de colocar sus propios recursos en entornos participativos en
red.
Este
trabajo de consultoría y desarrollo de espacios como en.medi@,
así como el de los gestores de conocimiento --los "nodos
inteligentes de la Red"-- que actualmente moderan los espacios
en funcionamiento (en.medi@,
en.jornad@,
etc.), se transformará también en materiales de reflexión y
análisis para la revista, productos de conocimiento que destilarán
una parte de nuestra propia visión de los cambios que produce
Internet y que hacemos llegar a nuestros lectores. Además,
significará reforzar nuestro "código genético" en cuanto
a publicar materiales de elaboración propia y huir de la redundancia
informativa que plaga a la Red. En cuanto medio de producción de
conocimiento, este aspecto del contenido de en.red.ando
se verá reforzado notablemente en los próximos meses. Y denotará,
a su vez, tanto el impacto creciente de Internet en las
organizaciones, así como los cambios que estamos experimentando en
nuestra empresa, sobre todo a través de la elaboración de productos
nuevos orientados a la comunicación digital, la generación y
gestión de conocimiento en red y la creación de espacios avanzados
de participación en el seno de las organizaciones para aprovechar la
inteligencia y experiencia de sus miembros.
Esto
nos acerca apreciablemente a lo que consideramos como un "nuevo
medio" en la era de la Sociedad de la Información. Un tipo de
organización con un alto grado de complejidad empresarial, por una
parte, y con requerimientos muy concretos en cuanto a los
conocimientos y experiencia de sus integrantes, por la otra, para
actuar en las redes y fuera de ellas.
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