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Cásate con el enemigo
Autor: Luis Ángel Fernández Hermana 21/5/1996 Fuente de la información: Revista en.red.ando Temáticas:
Tecnología
Educación
Innovación
Historia red
Economía
Juegos
Prospectiva
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Editorial número 20
Cuando una puerta de cierra, ciento se abren
Las encuestas demográficas sobre Internet, que últimamente
proliferan como setas tras la lluvia, llevan ya varios meses
devolviendo de manera consistente un dato muy significativo: el usuario
de la Red tiende a ver menos televisión, a veces hasta un 75% menos con
respecto al tiempo que antes pasaba pegado al televisor. Puesta sobre
la mesa la oferta de ambos medios, el internauta se decanta por el
mundo de la interactividad y por el ejercicio de una autonomía
consumidora de "programas" en Internet con la que la TV no puede
competir todavía.
Hasta ahora, nada ni nadie se había interpuesto entre la
televisión y su audiencia. Ni un cine cada vez más espectacular y
deudor de los efectos especiales, ni los grandes eventos de masas,
habían logrado disminuir el tiempo medio que cada individuo pasa
sentado ante la "caja tonta". Al contrario, la respuesta de la
televisión ha sido en cada caso de un mayor tremendismo: se ha
alimentado de la energía de las otras propuestas y las ha excretado
como espectáculos propios, hasta el punto de que pareciera que el
evento televisivo es el que ahora justifica su propia existencia.
El reto de Internet, por tanto, debe haber disparado más
de una alarma en los grandes despachos del negocio audiovisual. No
sería exagerado pensar que la carrera desenfrenada que estamos viendo
en los últimos meses por la televisión digital tenga mucho que ver con
la recíproca huida de los internautas hacia el ciberespacio. Esto
explicaría, de paso, el creciente interés por encarrilar el debate
sobre el futuro de Internet hacia el matrimonio PC-TV o la eventual
aparición de una suerte de tecnologías de este tipo que sólo cuajarían
en el ámbito doméstico.
El punto de ruptura, sin embargo, sobre todo desde la
perspectiva de la industria audiovisual, parece que se está desplazando
hacia el terreno de los juegos. Hasta ahora, Internet no era la
plataforma idónea para satisfacer los requerimientos mínimos de la
multimillonaria industria de los juegos electrónicos, sobre todo en
aspectos como la velocidad, la inmediatez, la interactividad, el sonido
y la concurrencia instantánea de varios jugadores. Eso era hasta ahora,
es decir, hasta ayer mismo. La feria E3, la más importante del mundo
dedicada al entretenimiento y la educación multimedia y que concluyó
este fin de semana en Los Angeles, puso de manifiesto que los juegos
"on line" están a punto de irrumpir en el WWW con un despliegue de
medios e imaginación que dejará boquiabierto al más escéptico. Hasta
los juegos ejecutados desde consolas a través de la televisión tienen
los días contados. También en este sector, Internet se ofrece como el
reemplazo natural para potenciar los rasgos más sobresalientes de los
juegos electrónicos y añadir, además, otros más de su propia cosecha
que serían impensables en otras plataformas multimedia.
La respuesta de la industria ha sido inmediata y también
se exhibió en Los Angeles: llevar Internet a la TV a través de las
consolas de juegos. En E3 se mostraron los primeros equipos, todos
ellos experimentales, que basan su desarrollo futuro en el WWW. El
jugador abre una conexión con Internet a través del modem incorporado
en su consola y selecciona uno de los webs prefigurados en memoria
donde, como es lógico, ya hay gente esperando a los rivales para
desarrollar el juego. Las imágenes no son todavía muy buenas. La
interactividad pide a gritos unos cuantos ajustes. La velocidad es casi
la idónea. Pero el camino parece claro. Todas las grandes firmas del
sector prometen tener sistemas híbridos TV-Internet a punto para estas
Navidades, por lo menos en EEUU.
Para ese entonces, la TV digital a través del cable ya
será una realidad en la mayoría de los países industrializados. Y la
industria audiovisual habrá aprendido para entonces que si Internet es
realmente el mayor enemigo que les ha salido en el camino en las
últimas décadas, lo mejor será buscarle techo y cama común. En eso
están.
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