Editorial: 120
Pasar
amargura, por ganar hermosura
Discurso
de clausura de Maig'98: I Congreso Internacional de la Publicación
Electrónica, celebrado los días 15, 16 y 17 en Barcelona. Este
texto no es una transcripción textual del que pronuncié, sino una
mezcla del pronunciado y el preparado con antelación. La mesa del
acto de clausura estuvo integrada por Ernest Maragall, concejal de
Hacienda del Ayuntamiento de Barcelona; Joan Rangel, diputado de
Régimen Interior, Hacienda y Planificación de la Diputación de
Barcelona; Salvador Alsius, decano del Col.legi de Periodistes de
Catalunya, y Xavier Marcet, del rectorado de la Universitat
Politècnica de Catalunya.
Buenos
días. Está muy bien ver a estas alturas tantas caras sonrientes.
Creo que es la mejor manifestación de lo que ha sido el espíritu de
este Congreso. Me he hinchado a recibir mensajes de todos vosotros en
los que me decíais que os lo estábais pasando muy bien. Al final ya
me estaban entrando dudas sobre a qué nos estábamos dedicando,
porque yo creía que veníamos a debatir las conclusiones de Maig'98
y tanta felicidad ya estaba teniendo ciertos toques eróticos. Es
evidente que el Congreso ha conseguido crear un estado de
satisfacción generalizada. En estos días he escuchado cosas
verdaderamente sorprendentes, tanto por la pasión con que se han
dicho como por lo que se ha dicho. De todas las que podría escoger,
me quedo con dos en estos momentos. Una es la coletilla con la que
Bernard Smith concluyó su intervención en la inauguración del
Congreso. Refiriéndose a Maig'98 dijo: "Creo que hay investigar
por qué todo esto ocurre en Barcelona, ¿por qué no ocurre en
Helsinki donde hay la mayor densidad de internautas en el mundo, o en
California?". No escogió dos lugares al azar. Citó Helsinki,
Finlandia, el país que ocupa el primer lugar en todas las listas
sobre el número de personas con acceso a Internet en relación a la
población total y, en segundo lugar mencionó California, muchachos,
el sueño dorado, la gran frontera del ciberespacio. No le voy a
responder a Smith porque, como él mismo dijo, esto hay que
investigarlo.
La
segunda frase me la regaló anoche Alejandro Piscitelli mientras
cenábamos en el Port Olímpic: "He estado en decenas, cientos
de congresos, y esta es la primera vez en muchísimo tiempo que no me
aburro, que me interesa lo que se está diciendo. Me ha gustado
muchísimo la forma cómo se han organizado los contenidos y la
prueba es que tengo la sensación de todo se está acabando demasiado
pronto". Esto es una cosa que hemos compartido todos, porque
todos nos hemos quejado de que las sesiones eran demasiado cortas.
Por fortuna, las sesiones no se han acabado. Se ha manifestado una
voluntad mayoritaria de que prosigan, ahora tenemos que decidir de
qué manera.
Yo
creo que el éxito de Maig'98 estriba, entre otras cosas, en algo tan
simple como que éste es el primer "Congreso de conclusiones"
de estas características que se ha celebrado en el mundo. Creo que
debemos tomarle a esto el peso que se merece, sacar pecho y decirlo
públicamente con la mayor claridad posible. No se ha celebrado jamás
en la historia de Internet un Congreso como éste, con una fase
congresual online
que ha establecido las reglas de juego del debate en la fase
presencial. Y no se ha ocurrido nada parecido hasta ahora porque,
entre otras razones, quienes han organizado congresos en Internet, lo
voy a decir también en voz alta, no han confiado nunca que Internet
podría hacer las cosas que la Red está haciendo. Por eso, cuando se
organizan congresos en Internet suelen ser un calco de los congresos
en el mundo real, sólo que le añaden el apellido online
porque usan el correo electrónico para la convocatoria y para
recibir las ponencias.
Nosotros
creímos en otra forma de trabajar. Pensamos que lo que estábamos
diciendo todos los días que ocurría en Internet había que llevarlo
a la práctica. Decidimos que había llegado la hora de verificar más
allá de su valor académico si era verdad que en el ciberespacio
existían los flujos de comunicación, la interactividad, la
interacción, la integración... Y para comprobarlo debíamos ser
esencialmente audaces, porque no teníamos mucho más en las manos.
Al respecto, os quiero contar algo que he tenido presente en muchos
momentos de este Congreso. En 1962 se celebró el Mundial de Fútbol
en Chile. El lema de Carlos Dittborn, director del comité
organizador, era: "Porque nada tenemos, lo haremos todo".
Siempre me impresionó el espíritu de aquella frase que impregnó a
todos los que hicieron posible aquel evento. Y un espíritu semejante
es el que nos ha animado durante todos estos meses.
Nosotros
no sólo hemos discutido sobre la circularidad de las ideas en
Internet, las hemos puesto en circulación. No sólo hemos discutido
sobre la hipertextualidad del conocimiento, la hemos puesto en
funcionamiento. Y lo hemos hecho sin disponer de las tecnologías
necesarias en el momento de la partida. Pero ahora somos los únicos
del planeta Internet que tenemos los conocimientos y la experiencia
necesarios para desarrollar esas tecnologías, para crear
aplicaciones de "congresos de conclusiones online".
Y estos conocimientos y experiencias están sintetizados en vuestra
presencia y en vuestra participación. Hemos concretado una nueva
forma de relacionarnos, de discutir a través de Internet y de
plasmar esa fase en ideas, debates y proyectos, en una palabra, en
continuidad, cuando llegamos a la etapa presencial. Todo esto tiene
mucha miga, porque se refiere a una forma específica de comprender
Internet y sus usuarios. Y ha funcionado.
La
fase online,
como sabéis, discurrió desde noviembre de 1997 a abril de 1998.
Cuando llegamos a esta última fecha, apenas teníamos inscritos, lo
cual despertaba la lógica inquietud entre el Comité Organizador y
quienes estaban involucrados en el Maig'98. Y yo les decía: "No
os preocupéis, van a venir más de 400". Claro, me miraban como
al sempiterno delirante que se supone que soy. Pero yo tenía en mis
manos las pruebas. Los moderadores de los seminarios y talleres, cada
uno por su lado, me decían: "Oye, que me está diciendo fulano
que el taller no funciona, nadie dice nada". Yo le respondía
"¿Y fulano ha contribuido, ha mandado algo", "No, no,
me ha mandado un mensaje a mi". Y yo pensaba: es la ley de
Internet, uno habla y cien miran. La cuestión es ¿había realmente
cien mirando? El último recuento que hice con los coordinadores me
daban más de 300 participantes entre noviembre y abril, gente que se
había manifestado. Los números salían. Para mí, el Congreso había
funcionado. Porque en Internet no se participa solamente hablando, se
participa creando flujos de comunicación explícitos e implícitos.
Y si juegas con ellos y los estimulas, obtienes resultados. Y al
final el resultado, como digo, está aquí, es un resultado hasta
cierto punto calculado, no es una casualidad lo que ha ocurrido.
Durante 6 o 7 meses hemos mantenido un nivel de debate, desigual,
desequilibrado, arduo. Nos ha costado una barbaridad saber cómo
teníamos que hacerlo porque los mecanismos no son tan obvios. Cada
uno tiraba para su lado hasta que logramos formalizar el discurso. Y
mantuvimos un firme apego al principio de un Congreso de conclusiones
online: teníamos que llegar al final de esa fase con material
suficiente en la mano bajo la forma de conclusiones para discutirlas
en la fase presencial. Ahora tenemos en la mano una experiencia
riquísima y una cierta metodología, una posibilidad real de
convertir este acerbo en aplicaciones tecnológicas que nos permitan
definir claramente el contenido de todas las etapas de un Congreso de
estas características. Incluso ya avanzamos por este camino cuando
incorporamos el sistema de "multicasting" que aportó
Narcís Vives al taller de Educación, gracias al cual un sólo
mensaje llega a los buzones suscritos a la lista, a la página web
designada y a las news, se autoclasifica y después se lo puede
buscar mediante un buscador. O sea estamos empezando a poner en
marcha mecanismos concretos para organizar debates online.
¿Cuál
ha sido el resultado de éste esfuerzo? Que hemos puesto un techo muy
alto cuando hemos llegado a las sesiones presenciales. No hemos
venido a contarnos batallitas, aunque la tentación siempre existe y
algunos pueden ceder ante ellas. Hemos venido a discutir a partir de
lo acumulado. No hemos venido a descubrir desde dónde íbamos a
discutir, porque ya lo sabíamos, sino hacia dónde: y ese es el
territorio de los proyectos y del trabajo conjunto. El nivel de
exigencia ha sido considerable y se ha notado, sobre todo, en la
calidad de la respuesta, tanto por parte de los coordinadores de los
seminarios y talleres, como de los ponentes y los auditorios.
Teníamos tanto que decir, que ninguna medida de tiempo habría
colmado el apetito de participar.
Bien,
después de este ejercicio de audacia para comprobar que lo que
decíamos durante tanto tiempo sobre Internet tenía algún sentido,
ahora se abre toda una serie de cuestiones. Por una parte, el Grup de
Periodistes Digitals, que ha sido el alma mater de este Congreso,
tendrá que decidir qué va a hacer en el futuro y esto va ligado,
por supuesto, a lo que va a ocurrir con todo nuestro trabajo a partir
de ahora. No sé si sabéis, pero hubo una votación en el GPD sobre
si se convertía en asociación, en interlocutora de todo lo que el
propio Congreso ha propiciado y va a propiciar. Ahora tendrá que
decidir si quiere o no quiere hacerlo y en qué condiciones. Algunos
proyectos que se han planteado aquí no pueden llevarse adelante tan
sólo con el respaldo de una lista de distribución electrónica.
Otra
conclusión es que este Congreso se ha celebrado en Barcelona, se ha
celebrado en Catalunya, y cuando digo que hemos celebrado el primer
Congreso de esta categoría en el mundo, hemos colocado a Catalunya
en el mapa, y en un mapa que va a ser fundamental en el futuro. Creo
que también debemos tomarle el peso a esto para que no nos
entretengamos en el camino con todos aquellos árboles que nos
impiden ver el bosque. Hemos hecho por Catalunya muchísimo más que
de lo que cualquier otro tipo de discusión en algún otro momento ha
tratado de entretenernos sobre los que eran los objetivos centrales
de este Congreso.
Tres
cosas más, importantes. En primer lugar, hemos discutido sobre la
publicación electrónica y, además, hemos convertido al propio
Congreso en una enorme publicación electrónica. Muchas de las cosas
que hemos discutido estos días han sido resueltas dentro de la
propia mecánica del Congreso y, como sucede a veces, ni siquiera
hemos sido capaces de trasladarlas a las discusiones dentro de las
salas porque ha sido tan nuevo y tan avasallador, que frecuentemente
hemos discutido a partir de los parámetros antiguos sin atender lo
suficiente a las innovaciones que nosotros mismos hemos generado. Hay
que volver a examinar con ojos críticos todo lo que hemos hecho en
el Congreso. Por esto os invito a que os durmáis todas las noches
leyendo alguna que otra paginita del librito de ponencias que os
hemos dado, porque ahí hay mucha miga.
En
segundo lugar, y esto es muy importante desde el punto de vista del
futuro de Internet y del papel que van actuar las administraciones
locales --hecho éste que quiero enfatizar dado los ilustres
invitados que me acompañan--, más allá de la discusión sobre si
democracia participativa, o representativa, y cualquier otro
galimatías que nos quieran vender en este momento sobre cómo el
ciberespacio puede incidir en el sistema político, este Congreso ha
puesto en marcha una forma de democracia participativa que ha
funcionado. No sabemos todavía como cristalizarla y formalizarla,
pero lo hemos hecho. Estamos ahítos de comer proyectos de democracia
participativa por todos los rincones de Internet en los que no
participa nadie de los que deberían ser los sujetos de dichos
proyectos. Pues bien, en Maig'98 nos hemos enterado de los fines y
los medios, hemos participado y hemos llegado además a conclusiones.
Y, encima, el cuerpo, como decía ayer el policía, nos está
pidiendo más marcha porque queremos continuar. Y queremos continuar
de una manera que sea innovadora, no queremos continuar sólo
escuchar, sino tener la oportunidad de recibir, emitir, integrarnos,
proponer y llegar a lugares nuevos donde se note la presencia de
todos y cada uno de nosotros. Vamos a tener que proponernos un
programa mínimo de continuidad para que esto siga funcionando y para
explorar nuevas formas de participación.
Finalmente,
el Congreso ha tenido un éxito apreciable en la creación de
audiencias. Apenas hemos discutido sobre esto en las sesiones
presenciales. Yo, como otros coordinadores, he mantenido una lista
relacionada con los grupos de noticias, con la lista del GPD y con la
web del Congreso. Además, estas listas "ad-hoc" estaban
conectadas también con listas propias de algunos de los
participantes. El resultado final ha sido la creación de lonjas de
intercambio de información y conocimiento en un contexto mucho más
amplio y rico que el determinado estrictamente por el Congreso. La
creación de lonjas de intercambio de información es una de las
grandes enseñanzas que nos deja Maig'98 y que debemos investigar
para próximos encuentros de este tipo.
El
Congreso concluye poniendo sobre la mesa dos proyectos de gran calado
y que espero sean de provecho para todos. Uno es la creación del
Directorio Internacional de la Publicación Electrónica (DIPE), que
todavía no tiene un sistema de seguridad que nos de garantías como
para utilizarlo masivamente. Pero os invito a que participéis en las
pruebas y nos aconsejéis sobre cómo desarrollarlo. El directorio
nos va a dar una colorida idea de la publicación electrónica, más
allá de los medios de comunicación tradicionales en Internet.
El
segundo proyecto es la creación en Barcelona de un centro abierto
europeo y latinoamericano de comunicación digital o de publicación
electrónica. El GPD puede impulsar esta idea hasta cierto punto.
Pero le corresponde a la Generalitat, al Ajuntament de Barcelona, a
las universidades y a las empresas, adueñarse de este proyecto para
que nuestra ciudad sea la sede de un centro integrado en una red
europea de centros similares y abierto a la cooperación activa con
América Latina. Nos parece que un paso como éste nos daría una
presencia activa, decisiva y definitiva en el diseño y desarrollo de
la Sociedad de la Información. El centro tendría tres áreas
fundamentales de actividad: la formación, la investigación y el
semillero de empresas.
Yo
creo que este último es un problema esencial al cual hay que
prestarle muchísima atención. Me sigue pareciendo absolutamente
insuficiente discusiones como las que tuvimos ayer sobre empresa y
publicación electrónica. Los economistas han destrozado tanto el
mundo que ahora se aprestan a hacer lo mismo con Internet y están
planteando las discusiones y las preguntas absolutamente equivocadas.
No tiene sentido que en una sala donde había más de 100 personas,
todas participantes activas en Internet, se discutiera quién gana
dinero. Esa es una pregunta típica de una forma de ver el mundo. La
pregunta candente en estos momentos es: ¿qué está aprendiendo
usted como empresario desde el momento que empieza a gestionar
información y conocimiento dentro de Internet? El problema es la
potencialidad social de lo que estamos haciendo, no su virtualidad
económica, porque esto último es precisamente lo que está
generando el mundo que estamos tratando de modificar con una forma
diferente de trabajar e interrelacionarnos en Internet. Y la
potencialidad social es absolutamente fenomenal y hay que hacerla
aflorar sin miedo, de manera explícita. Aunque yo no gane ni un
céntimo en Internet ahora, cuando entro a la Red para trabajar en y
desde ella, tengo que aprender a procurarme información, a
gestionarla, a reelaborarla, a empaquetarla y a distribuirla. Es
decir, tengo que conseguir materias primas, procesarla en una línea
de ensamblaje diseñada por mí, obtener un producto final, abrir las
puertas de mi infofábrica y mandarlo al mercado. Hago todo esto y
ahora, por ahora, no gano una peseta. Pero yo no he hecho esto nunca
antes. Yo ahora me estoy comportando por primera vez como un
industrial de la información y del conocimiento. A la vez, sigo
siendo un asalariado. Simultaneo los dos "oficios". Y no
sólo yo, todos vosotros lo estáis haciendo. Y si viene un
economista y me dice que quién gana dinero con Internet yo le
respondo "¿Y a ti qué te importa?", porque esa es la
pregunta equivocada. La buena, a mi entender, es: ¿qué vamos a
hacer para que esta potencialidad social cuaje en el sector crucial
de una economía emergente vertebrada por la información y la
comunicación? ¿qué hacen nuestras fuerzas políticas, financieras,
administrativas y educativas al respecto? Responder a esta cuestión
sí que nos ofrece un campo fértil de discusión. Y a esa pregunta
posiblemente vamos a dedicar una atención mayor en el siguiente
Congreso.
Y
esa es una de las preguntas a las que debe responder un centro como
el que estamos proponiendo. Porque no estamos pensando en un centro
donde vengan a aprender a cómo funcionar en la Sociedad de la
Información sólo los grupos empresariales de medios de
comunicación, sino, en primer lugar, las miles de pequeñitas
empresas que hoy en día están creando Internet. Y os aviso que ahí
tenemos un problema muy serio, porque son miles de empresas que no
han sido nunca tomadas en cuenta como interlocutoras de la sociedad
en la que actúan. La sociedad no está preparada, desde la
administración local hasta la administración supranacional, no está
preparada para hablar con nosotros. Todo está perfectamente
encauzado para que hablen quienes se mueven con ingentes recursos,
los grandes nombres de la industria y las finanzas, etc. Va a costar
muchísimo darle la vuelta a esta tortilla. Habrá que hacer un
esfuerzo enorme y creo que un centro como el que proponemos, al menos
desde el punto de vista de la formación, la investigación y la
creación de empresas, puede dar el empujón necesario en el ámbito
de Europa y América Latina.
Como
hemos demostrado estos días, a nosotros nos interesa y nos preocupa
sobremanera la investigación. Estamos en un campo nuevo, dinámico,
agitado y rompedor. Y lo hemos mostrado en muchos de nuestros
debates. Si yo hubiera sido investigador, lo primero que hubiera
hecho estos días habría sido venir a felicitarme porque haberme
ofrecido un programa de trabajo para los próximos 50 años por la
cantidad de temas que hemos puesto sobre el tapete. Para empezar,
desde luego, esa cosa todavía tan vaga como el concepto de
'periodista digital'. Al respecto, lo único que sabemos es que nos
referimos a algo cuya médula, esqueleto y señas de identidad se
están quedando por el camino. Los apenas 200 años de vida del
periodista parido por el modelo de comunicación de la Revolución
Industrial pareciera encontarse entre la espada y el bit. Hemos
puesto sobre la mesa una gran riqueza argumental sobre él contenido
y funcionamiento de los medios electrónicos. Está claro que la idea
de publicación electrónica todavía tiene demasiadas connotaciones
procedentes del "ancient regime". Habrá que levantar vuelo
para imaginar cómo serán los nuevos medios a partir de una
representación diferente del conocimiento. El debate en el taller de
esta mañana [los hipocentros del hiperlenguaje] nos ha mostrado la
distancia que existe entre el hipertexto y la representación
circular del conocimiento.
Bueno,
puedo decir un millón de cosas más. Voy a cerrar con un par de
cosas prácticas. Una es que vamos a responder lógicamente a vuestra
demanda de que el Congreso tenga continuidad. En este momento no
tenemos una idea clara de cómo lo vamos a hacer, pero recibiréis
propuestas al respecto. Estamos pensando en crear plataformas de
discusión a fecha fija, moderadas por un grupo de expertos durante
un tiempo y después abiertas a todos los participantes, con el fin
de obtener conclusiones que se traduzcan en proyectos, en
conocimientos que nos permitan trabajar mejor en la perspectiva de la
Sociedad de la Información. Tendremos que idear algún tipo de
dispositivo tecnológico que nos permita hacer esto. Por suerte este
Congreso ha tenido su propio Mago de Oz, Carlos Gascón, quien con la
desinteresada colaboración de Pangea y Frankie (de la Escuela
Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicaciones-UPC), ha
resuelto problemas que muchos de nosotros, legos en la materia, no
habríamos sido capaces ni siquiera de formular.
El
Congreso parece ser que va a tener continuidad porque, como pasa
siempre que la gente se divierte enseguida aparece algún economista
y dice: aquí hay dinero. De alguna manera, la diversión y el goce
de estos tres días tiene valor de mercado. Por algo el ocio y el
entretenimiento constituyen uno de los sectores más ricos y potentes
de la economía mundial, no solamente dentro de Internet. Debe ser
por eso que ya nos han hecho ofertas concretas para el siguiente el
Congreso e incluso para que éste sea itinerante, y cómo no, que el
siguiente se celebre en Madrid. Habrá que tomar una resolución al
respecto.
Y
voy a terminar agradeciendo a los responsables de algo que me habéis
manifestado reiteradamente desde el primer día: qué bien organizado
está este Congreso. Como buenos habitantes de esta piel de toro,
somos todos unos consumados escépticos. Nuestra primera reacción
ante algo que funciona como la seda es "aquí hay gato
encerrado, esto no puede ser que pase en mi casa, esto está bien
organizado, yo vengo, me reciben, y digo que me llamo Pepito Pérez y
aparezco, me entregan una cartera y me dicen 'por aquí' y es cierto,
ahí empieza algo. Y ese algo funciona con toda tranquilidad, hay
traducciones simultaneas a 3 idiomas...", en fín no voy a
numerar todo, pero es demasiado para nosotros. El cuerpo no nos pide
esto, el cuerpo nos pide un poco de desconcierto, de descontrol y de
tumulto, no fastidiemos. Venimos de la cultura de Internet, somos
expertos en gestionar el caos, no en vivir en ámbitos organizados, y
esto nos ha producido pequeños traumas personales y grandes choques
culturales. Todo el mundo se ha sentido en la obligación de venir y
decir 'Joder, qué bien está organizado esto, tú, qué bárbaro'.
Hemos tardado un poco en cambiar el discurso y reconocer cosas como
"he conocido a fulan@, una persona fascinante".
Detrás
de este evento tan sorprendente se ha movido la gente de Grup
Serveis, que ha vivido durante meses en el filo de la navaja, y esto
lo que tenéis que apreciar en todo lo que vale. En el filo de la
navaja porque económicamente las cuentas no salían y había que
tomar decisiones constantemente para decidir con qué déficit nos
íbamos a mover y qué recursos podíamos utilizar, y en segundo
lugar, porque hasta hace unos días no había inscritos. Porque,
dejémonos de cuentos, nosotros, como participantes en los Congresos,
no somos tampoco la quintaesencia de la organización y dejamos todo
para el último minuto. Sin embargo, Grup Serveis ha hecho el milagro
de convertir en pura seda todo lo que ha tocado.
Carme
Peiró en la coordinación y Anna Solana y Sílvia Llombart en la
Secretaría de Organización han constituido el núcleo duro de este
evento. No me imagino nada de lo que hemos hecho sin ellas. Carme
Peiró ha jugado un papel clave para mantener en alto el espíritu
del grupo organizador. La cadena sigue con los coordinadores de
seminarios y talleres, quienes han mantenido en funcionamiento la
maquinaria del Congreso online
y han
hecho posible el nivel conseguido en la fase presencial. Durante
estos meses, siempre he tenido la impresión de que David de
Montserrat, para nosotros David Nono, ha vivido dentro de la web. No
importaba a qué hora le mandaba una ponencia, un minuto después
recibía el consabido mensaje: "Colgada". Más de una vez
pensé que se trataba de un correo electrónico con contestador
automático. Pero no, la ponencia efectivamente ya estaba colocada en
la web.
En
estos días, mucha gente nueva ha colaborado para que el Congreso
transmitiera esta sensación de organismo vivo y saludable. Lavinia
TV ha retransmitido por RealVideo y RealAudio todas las sesiones.
Sabemos que cientos de personas en toda España, América Latina y
Estados Unidos han seguido puntualmente el Congreso a través de
Internet. Boton Cybercomunicaciones emitió el taller de educación
por videoconferencia. El personal de la UPC, en particular sus
técnicos, se han desvivido por nosotros como si Maig'98 fuera de
ellos. Periodistas de la Associació de Dones Periodistes de
Catalunya (ADPC) y estudiantes de periodismo han trabajado en todos
los seminarios y talleres para elaborar las conclusiones y obtener
las primeras impresiones de los coordinadores. Todo aparecerá en la
web dentro de poco.
El
Col.legi de Periodistes de Catalunya nos respaldó desde el
principio, algo muy importante para poder actuar en el mundo real,
donde las listas de distribución electrónica, como la del GPD, no
son ni bien ni mal vistas, no son vistas y punto. El apoyo del
Col.legi ha sido crucial para llegar hasta este puerto. La UPC no
dudó ni un instante en poner sus instalaciones a nuestra
disposición, una apuesta que muestra claramente su espíritu
innovador. No es habitual este matrimonio formal entre la ingeniería
y la comunicación, por más que Internet es el producto de ambos
campos. Esperamos que esta colaboración prosiga y siga brindando
frutos tan
La
Comisión Europea nos ayudó a publicar el libro de ponencias.
Finalmente,
el recuerdo para los patrocinadores sin cuya ayuda el déficit de
este Congreso habría sido tal que el siguiente lo habríamos tenido
que organizar en las Seychelles, lugar de nuestro refugio.
A
todos ellos muchas, muchísimas gracias. Sin vuestra participación,
nunca habríamos disfrutado tanto estos tres días y nos habríamos
perdido una experiencia, que sin duda, nos acompañará por siempre.
Salut.
|